Litia
Azara ha pasado todo el rato sentada en el regazo de Rodo y sosteniendo mi mano, por lo que he sido obligada a sentarme al lado de él.
No ha dejado que nos alejemos y yo no me he sentido muy cómoda con las miradas matadoras de la familia Leroux sobre mí.
Ha llegado el momento de entregar los regalos y ella y su padre se han ido a los aseos, suena tan extraño, que todavía no me lo creo. Yo siempre he sido quien la acompaña a los aseos y me siento un poco desplazada.
— Ahora tu hija no quiere salir del baño de visitas — Me dice Aisha y yo corro hacia estos.
— ¿Azara? ¿Rodo? — Grito perdiendo la paciencia.
Abro la puerta de los aseos y, como una espiración, veo rápidamente una melena oscura pasar por mi lado y escucho el sonido de la puerta al cerrarse.
— ¡Azara! Abre la puerta — Continúo intentando abrir la puerta de manera infructuosa, para luego desistir cuando veo a un hom