AZAHEL TORRICELLI

RUSIA, MOSCÚ

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El camino hasta la clínica se me hace j0didamente eterno. Imagino que por el dolor ella se ha quedado dormida entre mis brazos, así que sutilmente le acaricio el cabello fijándome en los moretones que tiene en su rostro y quisiera ir a donde llevarán a Vasíliev, y sacarle los ojos, incluso ahora que no puede siquiera defenderse. Me hubiera encantado atarlo de manos al techo y hacerle pagar por cada uno de los rasguños que tiene Emma, sobre su piel.

— ¿Será seguro llevarla allí? — pregunta Louis, supervisando todo el tiempo a la morena.

— No me importa, ahora mismo solo quiero que ella esté bien — la presiono contra mi cuerpo, su respiración es débil — Si a ella le sucede algo… — niego con la cabeza, no quiero imaginar siquiera en lo que pueda convertirme, si eso ocurre.

Mis ojos la evalúan constantemente, y pienso en todo lo que ha cambiado dentro de mí, para que ella me importe de está forma. No negaré lo obvio y es que me gusta m