Una sombra
Isabella Taylor
Me odio un poco cada vez que lo miro.
No porque él haga algo malo o me diga algo ofensivo. Menos porque me haya dado razones para odiarlo. Me odio porque sigo cayendo en la trampa que mi mente fabrica: imaginarlo como algo más que mi jefe, Como algo más que una figura lejana e inalcanzable.
Sé que no tiene sentido, Sé que es hasta ridículo. Pero eso no detiene a mi corazón.
Menos mal no todos los días, al menos deja de fantasear con él cuando debo concentrarme.
Intento mantenerme firme, lo más cortes sin derretirme por él. Trato de ser lo más eficiente de lo que ya soy. Y Neutral para no ser notada. Me repito una y otra vez que soy sólo una asistente más. Que mi lugar está en los márgenes. En las sombras.
Y hasta ahora, había funcionado. Pero no sé por qué cada cierto tiempo el me pide llevarle algún archivo.
Y contra todo pronostico ella decide que quiere que yo sea su asistente personal y hace todo para
Pero entonces Renata me arrastra a su mundo