El silencio que siguió fue pesado, pero fue roto por la voz más suave de Liam.
—Mia. —Musitó con cautela. —¿Y si la clave para contenerlo está en Seth? Él es el líder de Blood Moon, el centro de nuestra manada. Quizás su vínculo con nosotros pueda ayudarnos a estabilizarlo mientras tú trabajas en el altar.
Mia lo observó con atención, mientras que sus palabras resonaban en su mente. Era arriesgado, pero tenía sentido. Blood Moon no era solo un lugar; era una conexión entre cada miembro de la manada, y Seth había sido su corazón durante bastante tiempo. Si podían usar esa conexión, quizás había una forma de salvarlo.
—Deimos. —Bisbisó finalmente, volviéndose hacia él. —Reúne a los miembros más fuertes de la manada. Los necesito aquí, ahora. Liam, quiero que te encargues con Lukas de asegurar el castillo y que se mantenga defendido mientras trabajamos en esto. Nadie más debe entrar o salir. ¿Entendido?
Ambos hombres asintieron, aunque la expresión de Deimos dejaba en claro que aún tenía