Cuando llegue a casa eran las 11 de la noche, yo no podía sentir bien los brazos, ¡estaba vuelta polvo! Metí la llave en la puerta para abrir, no quería tocar y mostrar a mi abuelo.
— ¡Hola! — Me saludo un tipo, yo retrocedi de inmediato.
— ¿Estás bien? — Me preguntó.
Yo lo mire más detenidamente, era alto, rubio.
Él hombre estaba tratando de abrir la casa que estaba al lado de la mia.
— Hola — Lo saludé de vuelta con algo de nerviosismo.
— ¿Estás bien no? — Me preguntó.
Él abrió la puerta, se volteo y me quedo mirando, él era muy lindo, tenía los ojos verdes, una sonrisa cálida y una mirada que te transmitía paz.
— ¿Soy Noah y tú? — Me pregunto.
Yo le sonreí un poco, nunca había visto a alguien como él, era perfecto.
— Soy Lorena, vivo aquí — Señale la puerta de mi casa.
— Entonces somos vecinos — Yo asenti con la cabeza.
— ¡Genial! — Me dijo sonriendo y después entro a su casa.
Yo sonreí un poco, Noah era lindo.
Abrí la puerta y entre, mi abuelo estaba en el sofá dormido.
— abuelo —