CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO: LOS PRIMEROS CAMBIOS
Rodrigo la miró al ver lo que escogió. Para ser honesto él pensaba en otra clase ropa y no en faldas largas o pantalones un poco flojos, suéteres anchos que no estaban pegados al cuerpo, zapatos sin tacón ni siquiera a diferencia de las demás mujeres había comprado maquillaje.
-Por favor acompáñeme señorita por aqui están los probadores.
Le habló la trabajadora a Maria Eugenia para que la siguiera a los vestidores.
-No es necesario- Le dijo Maria Eugenia.
-Pero en caso de que no le quede la ropa…
Pensó un poco la trabajadora algo nerviosa pues no estaba acostumbrada a atender a chicas como ella.
-No sera necesario, si no me queda lo arreglare yo. Se coser muy bien.- Dijo Maria Eugenia a la trabajadora.
-Perdone que insista per-
-Esta bien no importa, si la señorita lo desea así no tiene por que haber ningún inconveniente.
Sin dejar que terminara de hablar la trabajadora Rodrigo hablo.
-Esta bien, entonces me llevare esto para que