—¿Qué demonios estás diciendo? - el labio inferior de la mujer había temblado ante las palabras de Aidan, mientras el hombre dejó ver una sonrisa triunfante ante la reacción de Olivia, la mujer había sido tomada con la guardia baja de hecho creía que Aidan nada más se estaba burlando de ella - ¿Cuál es el precio para que me dejes tranquila? - Olivia agachó la cabeza al realizar aquella pregunta, no entendía cuál era la insistencia de Aidan en seguir molestándola - ¿Cómo te hago entender que no quiero volver a tener ninguna cercanía con usted, y no importa que diga mucho menos haga no me interesa en lo absoluto? - Las palabras de Olivia fueron expresadas con total frialdad, no obstante no logró el efecto buscado en Aidan.
— Te estoy diciendo que legítimamente aún sigues siendo mi esposa, entonces ante todos las leyes eres mía, no estoy casado con Úrsula, nada más la he utilizado para llegar a alguien, de hecho en mí digamos apuro he cometido errores, pero ella y yo no estamos casados a