El día de familia llegó. Todos estaban en el jardín.
— Mamá Alexa ¿Donde está mi papá?
Preguntó Luggina por Alessandro.
— En la oficina mi niña, está con tus Abuelos.
A Luggina le brillaron los ojos de felicidad al saber que sus abuelos estaban ahí.
— ¿Cuando llegaron? No me avisaron, para recibirlos.
— Hace una hora, querían darte una sorpresa.
— Pues me la dieron, voy a verlos.
Luggina corrió al interior de la sala caminó a prisa y se detuvo en seco al escuchar a su abuelo decir algo que llamó su atención.
— Alessandro, tienes que destruir toda esa información, antes de que mi nieta tome posesión de todo. Ella no puede saber nada de esa investigación.
— Lo sé, padre pero hoy no será, ya mañana me pongo en eso por qué mi hija ya tomará su cargo el lunes.
— Entonces hazlo esta noche, mi nieta no puede saber lo que sucedió.
Luggina se retiró muy de prisa antes de ser descubierta, subió a su habitación y fue directo al baño, y devolvió hasta lo que no tenía.
Cepilló sus dientes retocó