—Bueno, ¿Y ustedes no están muy grandes como para hacer pucheros e ir a despertarme por las noches solo porque les dio miedo ver una película de terror? — les pregunto con una sonrisa.
—La casa es demasiado grande y tenebrosa por las noches — se excusa Adam cruzándose de brazos.
—Adam se pone a hablar por la noche — replica Liam fulminando a Adam — Y además…— Adam lo interrumpe.
—¡Oye!, Tú eres el que pide que durmamos juntos. Tienes tu cuarto y aun así prefieres dormir conmigo — agrega sacándole la lengua (Que maduros eh), pienso al verlos desafiarse mutuamente.
—Pues tú lo has dicho. Tu casa es demasiado grande al igual que las habitaciones. Eso no lo hago cuando estamos en mi casa — protesta.
—¿Es que aún duermen juntos? Se los dije, aún son pequeños, bueno mis pequeños — les digo acomodando mi pelo.
—¡¡DIRÁS NUESTROS, SOL!! — grita una voz masculina muy conocida desde la puerta principal al escuchar un portazo de allá.
—Sí, Sol, ¡NUESTROS! — exclamó otra voz que la puedo reconocer en cualquier lugar.
—Es mi hermano, no el tuyo Jess — entra hablando Maik al comedor mientras se quejan ambos por los empujones que se dan para llegar primero.
—¿A sí? — pregunta sonriéndole burlona — Liam, ¿Quién es tu favorito? — pregunta Jessi con su mirada diabólica.
—Tú, hermanita de otra madre. Eres tú — responde este sonriendo nerviosamente por la mirada que le está echando Jessi.
—¿Qué? ¿qué has dicho? — pregunta Maikol con notoria ofensa al poner una mano en su pecho — Se supone que yo soy tu hermano, Liam, ¿Cómo puedes decir eso? — pregunta tapándose la cara con su brazo fingiendo tristeza.
—Tú sabes que eres mi hermanito favorito, pero sabes que mi amor alcanza para los dos — le dice Liam juntando sus manos bajo la mesa en señal de que quiere huir de ahí por la mirada de los dos.
—¡LIAM! — y aquí vamos — ¡No que yo era tu favorita, Liam! — le exclama Jessi apuntándole con su fino dedo al nombrado.
—Pu-Pues, mmm, así es, Jessi — le dice este sonriéndole exageradamente y mostrándole sus dientes.
—¡¡LIAM!!, ¿Vas a elegir a esta?, Eres hijo de tu put... — interrumpo.
—¡¡Maikol!!, No insultes a tu madre — exclamó en reproche y apuntándole — Jess, deja de buscarle pelea a Maik — le pido — Y, Liam, no te preocupes por ellos — le digo esta vez con calma, caminando hacia Liam para luego posicionar mi humanidad detrás de él — Porque todos sabemos que yo soy tu favorita — digo con una enorme sonrisa y dándole un beso en su cara — ¿Ven? No lo negó — me burlo junto a una encogida de hombros, para luego sentarme a su lado en donde está vacío con mi vaso de leche en mano.
Maik/Jessi: ¡¡ANAÍS!! — gritan los dos mi segundo nombre haciendo que los mire mal. En eso llega Amanda con Carolina y mi desayuno.
—Ya dejen de discutir, parecen niños de seis años y sus gritos se escuchan hasta afuera — nos riñe Amanda mirándonos a Liam, Adam y a mí.
—Lo siento nana, pero esta vez fueron ellos — les acusó apuntando infantilmente a Maik y a Jess con el dedo.
—¡Oh! No los había visto a mis niños. Bueno ya no tan niños — murmura Amanda riendo.
Jessi/Maikol: No te preocupes, buenos días — dicen al mismo tiempo.
—Buenos días, ¿Van a desayunar aquí para traerles también? — pregunta Amanda mirándolos.
—¡Sí, por favor! — exclama Maik, caminando rápidamente al puesto vacío del lado de Adam.
Jess le sigue el paso. Sentándose junto a él.
Caro se acerca a mí con la bandeja y la deja enfrente mío.
Ambas se retiran del comedor.
A los minutos vuelven las dos con el desayuno de los chicos y se retiran luego, mientras hablábamos de cosas tribales. Entre tanto, nos llegaron las nueve y treinta de la mañana, por lo que decido que ya es hora de arreglarnos y salir.
—Bueno chicos, alístense, tenemos que ir a la universidad y arreglar todo para que entren la próxima semana — les digo al ponerme de pie con la mirada en Adam y a Liam.
—¡SÍ! — chillan ambos entusiasmados, por lo que nosotros tres reímos por su ridículo baile.
—Bien. A moverse ya — digo colocando bien la silla en la que estaba, siendo seguida por todos, para dirigirnos hacia las grandes escaleras. Al llegar arriba cada uno se va a su dormitorio a lavar los dientes y arreglarse y si se preguntan ¿y tus amigos?, pues ellos también tienen un dormitorio, todos tienen uno.
Al llegar a mi cuarto me voy directo al baño, me lavó los dientes y me encamino al closet de dos puertas y me pongo una polera con mangas de color rosa palo, unos pantalones pitillo color blanco y rotos en la rodilla, unos tacones gruesos de color piel y por último voy al tocador en donde tengo todo lo que es maquillaje.
Me maquillo en tonos suaves y me coloco unos aros redondos de plata y un collar a conjunto.
Al estar lista salgo y me dispongo a bajar las grandes escaleras. Cuando ya estoy abajo camino hacia la entrada, encontrándome ya con todos.
Jessi va con una polera negra pegada al cuerpo y con tiras cruzadas en el pecho, un pantalón pitillo negro, zapatos con plataforma de color negro y un chaleco delgado color piel. Liam va con una polera sin mangas negra, una chaqueta jeans negra, pantalones plomos rotos a la rodilla y unos zapatos color café. Maikol va vestido con una sudadera blanca de lana y unos pantalones negros rotos en una rodilla y con unas zapatillas sketches. Por último, vi a Adam, que va con una polera blanca básica y una camisa abierta a cuadros azul con blanco, de pantalón estilo militar y zapatillas Adidas blancas con rayas negras. Nos dedicamos una mirada de aprobación y todos salimos hacia afuera.
Gracias a mi abuelo, que es paranoico, tenemos chófer. Sí, como leyeron, tanto chófer como guardaespaldas. La pregunta es ¿por qué? Pasa que hace un tiempo atrás descubrieron que el "accidente" de mis padres no fue un "accidente" sino que fue provocado, aún no se sabe quién, por lo que seguimos buscando y la verdad es que ya tengo a mis sospechosos, pero no tengo las pruebas necesarias para encerrarlos y que paguen por todo el daño que le han ocasionado a mí y a mi familia.
Como iba diciendo, Braulio, quien es el chófer nos esperaba afuera con las dos camionetas bastante modernas, tanto que por dentro en la parte de atrás tiene asientos para cuatro personas, muy espacioso todo, a decir verdad, no me quejaba, ya que amo los autos y estos eran geniales.
Como somos cinco (o seis, si contamos a mi abuelo, aunque por lo general él siempre va aparte), solo entran cuatro si queremos ir cómodos, es por eso que siempre salimos en dos autos. Los dos son negros por fuera y blancos por dentro, sin embargo, en el mío hay bebidas alcohólicas y en el de Adam es claro que no, por lo que siempre va Jessi y Maik conmigo y en el otro solo va mi hermano y Liam.
Supuestamente, los autos son antibalas y son “seguros”. Lo que yo pienso es que, si alguien te quiere hacer daño, por más seguro que sea el auto, va a pasar igual y solo ruego para que ese día nunca llegue.
Mi guardaespaldas se llama Paul y tiene veintinueve años; Braulio ya tiene cuarenta y cinco años; el chófer de Adam se llama Raúl y tiene treinta y cinco; y, por último, está el guardaespaldas de Adam, que se llama Félix y tiene treinta años, pero tienen muy buena figura y se ve que siempre está realizando actividad física para mantenerse en forma.
Antes de subirnos Braulio habla.
—Buenos días, señores — saluda a todos — Señorita sol, ¿Para dónde? —me pregunta mirándome al igual que Raúl.
—Hola chicos, vamos a la Universidad — les digo.
Con un asentimiento de cabeza nos acercamos a nuestros respectivos asientos y subimos, quedando Paul como copiloto y Braulio como chofer.
La camioneta comienza a andar mientras nosotros nos abrochamos los cinturones.
Al ver que tardaremos en llegar, ya que la universidad que ellos quieren está a unos treinta minutos desde casa, decidimos tomar un poco de vodka con hielo mientras, ponemos música en la mini tv con sus altavoces y charlamos entre nosotros tres.
0—0—0—0—0