Narra Sol
Como cada día me levanto temprano.
Ocho en punto para ser específicos, lo que significa que de mi cuarto salgo a las nueve o antes.
Hoy me he vestido deportiva para andar cómoda por aquí sin perder mi estilo claro: buso negro, una polera pegada al cuerpo de tiras color blanca, junto con el polerón negro también sin cierre y unas zapatillas blancas marca Adidas.
Mientras bajo las escaleras pienso en lo que pasó ayer en la mañana, luego lo que pasó por la tarde y luego lo que pasó en la noche. Esto realmente es digno de ser escrito en una novela, quizás y me dedique a escribir mi historia que de seguro todos dirán “pobre chica perdió a sus padres y para rematar luego a su abuelo” o “casarse sin amor qué locura, me apiado de ella” o “que pena su vida” o tal vez digan “como fue tan tonta en no darse cuenta de que su atractivo guardaespaldas estaba tras sus huesitos”. Ja eso me dio gracia, no es que me de gracia el hecho de que Paúl guste de mí, sino el hecho de que soy tan le