***Abel***
—Ya es hora —dijo mientras agarraba su vientre y justo en ese momento arrugó la cara en medio de una contracción.
Había llegado el día de recibir a nuestros bebés.
Me senté en la cama de inmediato y acaricié su rostro y su abdomen duro.
—¿Hace cuánto empezaste, mi cielo?
—A eso de la 1:00 am —contestó a penas pasó la contracción—. Pensé que eran contracciones falsas.
—¡Oh, mi amor! ¿Por qué no me avisaste antes? —miré el reloj eran las 5:41am, había estado aproximadamente 4 horas en el proceso.
—Porque no lo vi necesario, el dolor es soportable.
—Mi reina, debiste avisarme para estar contigo desde entonces. Este es un trabajo de los dos.
Sonrió y me besó los labios con suavidad.
—Estoy en 20 minutos o menos de cada contracción. Debemos llamar a Rita y a Ana y debemos alistarnos.
—Así es, mi mujer fuerte.
Llamé a Rita y ella a Ana. Después de colgar la abracé de espaldas y la hice bailar con suavidad. Tuvo otra contracción y apretó mis brazos con fuerza.
—Inhala... Exhala —le