Frágil
La lluvia golpeaba suave contra los ventanales del departamento. Era tarde. Nate se estaba duchando y el vapor escapaba por debajo de la puerta del baño, creando una atmósfera tibia y engañosamente tranquila.
Claire se levantó en silencio, descalza, con la bata floja y el cabello desordenado cayéndole sobre los hombros. Caminó hacia la cocina, buscando un vaso con agua para calmar esa sensación extraña en el pecho. Pero al intentar llenar el vaso, sus manos empezaron a temblar.
Primero fue un nudo en la garganta. Luego, las lágrimas comenzaron a deslizarse sin permiso, silenciosas al principio, hasta que la respiración se volvió entrecortada y el llanto rompió por fin la contención.
- Malditas hormonas. - murmuró en voz alta con la voz quebrada.
Apoyó el vaso sobre el mármol de la encimera y se sujetó del borde como si necesitara anclarse. Los hombros le temblaban. No era solo tristeza. Era impotencia. Frustración. El miedo