Cambio En La Estrategia
Apartamento de Claire
Claire se arrastró fuera de la cama con los ojos entrecerrados, el cuerpo tembloroso y el estómago protestando en oleadas. Un pitido insistente la arrancó del vago consuelo de las sábanas ¿Quién demonios tocaba el timbre a esa hora? Freud, su gato gris de ojos amarillos, la observó desde el respaldo del sofá con una mirada de profundo desprecio mientras ella se encorvaba en plena arcada. Una más y el pobre bicho se bajaba del mueble por puro instinto de supervivencia.
Claire se enderezó lo justo para arrastrarse hasta la puerta. Abrió sin mirar.
- ¿Quien…? - alcanzó a soltar y ahí estaba él.
Nate.
Con una lonchera térmica en una mano, una botella de agua gigante en la otra y una expresión de preocupación tan sincera que le caló hasta los huesos.
- Buenos días… - empezó él, pero su voz se desvaneció cuando Claire se giró de golpe, llevándose una mano a la boca y corriendo al baño.
La puerta quedó abierta y Nate entró y se detuvo en medio de