Capítulo LXXV
Pasaban los días y muy a pesar de Mercedes sentir cómo su mundo se desvanecía, era algo como si la impulsaba a continuar adelante, esa fuerza avasallante que nadie puede controlar, tal vez el valor de ser madre y tener que sacar a sus hijos adelante sola.
O tal vez era la rabia y el resentimiento de haber entregado tanto para que ahora viniera Carlos y le pagará como lo hizo. Eso era algo que ella no podía perdonar.
Jamás le había entregado tanto a un hombre como lo hizo con el y fue quien peor le pago. Ella estaba totalmente decepcionada, estaba fielmente convencida de que los hombres no valían la pena.
Que si bien es cierto y dicen que las mujeres somos las víboras, pues los hombres son el diablo en persona. Pero ella siempre con Dios por delante estaba segura de que saldría adelante y que Dios la ayudaría a continuar por sus hijos..
La parte mala es que Mercedes cambio totalmente, fue tanta la decepción que sufrió con Carlos, que comenzó a beber así fuese sola, beb