Capítulo LXI
Para Mercedes toda esta situación era un tanto engorrosa, y quisiera evitarla, sobre todo para ahorrarle malos momentos a sus hijos… Pero está consciente de que su mamá cómo siempre tenía la razón. Ella tenía el deber de ayudar a Carlos a solventar esa situación.
Pero ya llegaría el momento indicado para eso.
Luego de algunos días, la dan de alta a Mercedes y a Soledad y de allí se van hasta la casa, ya ella le había preparado la habitación a Mercedes con su cuna, mosquitero, un Moisés, y todo lo necesario para que a Soledad no le faltara nada.
Carlos parecía estar feliz adaptándose a todos los cambios. Por lo menos era colaborador y servicial.
La parte preocupante es que tenían que mantener cerrada una de las ópticas, ya que Mercedes estaba de reposo. Y Carlos se haría responsable de la otra.
Para poder así cubrir los gastos de la casa y todo lo que la niña necesitara.
Era como un giro que la vida le había dado. Todos estaban muy contentos pues de cualquier manera un