Andrés se quedó parado a su lado, observándola. Solo después de que Sonia terminara de vomitar, recordó servirle un vaso de agua y ofrecérselo para que se enjuagara la boca.
Sonia tomó el agua, pero no levantó la mirada hacia él.
—¿Necesitas ir al hospital?
La voz de Andrés revelaba cierta tensión.
Sonia se enjuagó la boca y respondió con calma: —No es necesario.
—Pero...
Sonia lo miró frunciendo el ceño: —Si no me hubieras cargado así, no habría vomitado.
Andrés estaba pensando en otra cosa.
Pero como Sonia claramente no le daba importancia, él tampoco dijo más.
Después de recuperarse un poco, ella preguntó: —¿No tenías trabajo pendiente?
Andrés la miró sin decir nada.
—Entonces me voy primero.
Dicho esto, Sonia se levantó para marcharse.
Pero Andrés la sujetó de la mano.
—Espera un poco más, será rápido.
Sin esperar respuesta, Andrés regresó inmediatamente a su escritorio.
Sonia no dijo nada más, solo se sentó allí en silencio.
Andrés envió dos correos electrónicos y luego revisó var