Probablemente por culpa de la culpa y los nervios, Sonia esperó un rato sin escuchar su respuesta, y no pudo evitar fruncir el ceño. Justo cuando estaba a punto de preguntar de nuevo, él le dio directamente el código de verificación y la contraseña.
Ni siquiera preguntó para qué quería usar la computadora.
Sonia se detuvo un momento, pero no dijo nada más, solo respondió y colgó rápidamente.
Introdujo los números rápidamente.
La contraseña le resultaba completamente desconocida, Sonia no sabía qué significaba y tampoco preguntó.
La computadora se abrió enseguida.
Entonces vio el fondo de pantalla.
Era su… foto de boda.
Sonia primero se quedó paralizada, pero rápidamente pensó en lo de Camilo y en cómo él había actuado tan apasionadamente, y solo le pareció completamente ridículo.
Así que, antes de encontrar sus documentos, primero cambió el fondo de pantalla.
Mirando el paisaje predeterminado del sistema, Sonia se sintió un poco mejor, pero pronto descubrió otro problema: Andrés había