Capítulo cincuenta: Gatorade.
La tensión en la camioneta era innegable, pero no podía hacer mucho, aún seguía molesta con David y no iniciaría una amistosa conversación luego de lo ocurrido y Aaron seguía descansando como si hace unos segundos no hubiera insultado a mi ex novio sin pelos en la lengua, en cambio este continuaba con su expresión molesta.
— Me limitaré a decir algo sobre tu amigo tomando en cuenta que su estado es deplorable, ¿Bebiste alcohol?
— No lo hice, estoy amamantando.
— Vale, quizás no quieras pero es necesario que hablemos tarde o temprano.
— Podemos hacerlo más tarde cuando pueda descansar mejor, sobre que días puedes venir a ver a Gäel y cuando no...
— ¿No pueden hablar de eso después? Relájese por favor, coloquen música alegre o algo...
— ¡Cállate Aaron! — Gritamos al mismo tiempo mi ex y yo.
— Bueno, bueno, volveré a dormir entonces.
— Nadie te preguntó.
— Los infieles no opinan — Atacó mi amigo nuevamente.
— ¿Le dijiste que te fui infiel en serio? — Se dirigió hacia mi en esa ocasión.
—