Epílogo. Te amaré incluso depsues de la muerte.
Han pasado muchas cosas desde mi salida de la clínica. Comenzaré contando a medida que fueron sucediendo:
Federica y Arnaldo se casaron semanas después del accidente. Así que su dama de honor usó collarín en la boda. Es algo que todavía me hace rabiar.
Papá y mamá se quedaron dos meses en Venezuela, por mi recuperación, así que el cumpleaños de papá, a finales de julio, lo celebramos juntos, para ese momento por fin había dejado de usar el collarín y podía mover mi brazo con tranquilidad.
En octubre y justamente en el cumpleaños de Arnaldo, Federica dio a luz un hermoso niño, rubio como ella y de ojos grises como mi amigo. Era toda una ternurita, sobra decir que lloré más que María Magdalena. Mi amiga llevada por su loca imaginación llamó al niño Thor. Sí, leíste bien, Thor, como el de la mitología nórdica. Como el vengador de Marvel.
En diciembre Estefanía renunció a la clínica y decidió irse a España con su nuevo novio. A su madre y los abuelos La Cruz casi les da un infarto cuan