- Lamento romper el momento, pero debemos irnos, ya hemos dado demasiado de que hablar al personal y a los clientes, nos han visto llorar, gritar, besarnos, Mel seguramente me regañará en cuanto le cuenten – le digo a Chris haciéndole señas al mesero para que nos traiga la cuenta.

- Ya sé, debimos ir a un lugar más privado, aunque sabes, de haber estado a solas, seguramente nos habríamos distraído en otros asuntos- me guiñó el ojo y le di un suave golpe en el hombro - ¡Y está era una conversación que no debíamos posponer! – su tono cambio de pícaro a serio y me sentí tensa al escucharlo. Todavía había muchas preguntas que responder, demasiada información que procesar y aun así estar ahí a su lado mientras tomaba mi mano me hacía sentir un calor que abrazaba todo mi cuerpo y me llenaba de calma, ¡Todo va a estar bien! Me repetí a mí misma.

Pago la cuenta y salimos, Chris se veía nervioso, lo detuve - ¿Qué pasa? ¿Hay alguna otra confesión pendiente? – le pregunté – No, no hay más secret