Algo y se pasea por la habitación. Rueda el sofá y lo coloca al lado de mi camilla.
—No pensé que te volvería a ver ocho meses después— curva sus labios y aguza sus largas pestañas—, sigues estando igual de hermosa, Samantha.
—Gracias, pero si ves tengo una circunferencia un poco más grande, no seas modesto— ríe y niega volviendo a fijar sus ojos en mí—, paso algo de tiempo ¿Eres doctor?
—Sí, soy oncólogo pediátrico.
—Oncólogo… — Felipe llegó a mi cabeza de golpe.
—A veces, cuando quieres la aprobación de alguien importante para ti, haces lo que sea, Samantha. Por mi hermano, me convertí en Oncólogo y me gradué con honores, sin embargo, aun así, no es suficiente para él. Bueno, no estoy aquí para mis lamentos— se endereza y pasa sus manos por su rostro con sus mejillas un poco coloradas.
—Estoy orgullosa de ti, aunque no te conozca lo suficiente, no le hagas caso a ese orangután, es tan…
—Imbécil, cabezota y un hijo de su madre, si es todo eso, pero es mi hermano y el pa