88- No se permiten arrepentimientos
Dante

El primer destello de luz de la mañana se filtra por la ventana, pero no es eso lo que me despierta. Es el calor de un cuerpo pequeño, suave, completamente acoplado al mío.

Mi brazo envuelve su cintura, sus dedos descansan sobre mi pecho y su respiración es pausada, tranquila. Lucía.

Abro los ojos lentamente, acostumbrándome a la penumbra de la habitación. La observo dormir, y por primera vez en años, siento algo parecido a… paz.

La línea de su mandíbula, su cabello desordenado sobre la almohada, sus labios entreabiertos. Me tienta besarla, pero no quiero despertarla.

No aún.

Anoche lo cambió todo. Absolutamente todo. No puedo negar que lo nuestro siempre ha estado envuelto en una guerra de voluntades, pero lo que pasó entre estas sábanas, lo que compartimos… Nunca había sentido algo así.

Nunca una mujer me había hecho sentir como si perteneciera en algún lugar. Como si mi mundo desquebrajado tuviera sentido con solo sostenerla entre mis brazos.

Me detesto por haberme
Lizzy Bennet

He amado este capítulo!!!! Gracias por leer mis amores!

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