~Nathaniel~
—¿Fuiste tú quien mandó las flores? —preguntó Bianca directamente, sus ojos fijos en los míos—. ¿Tú eres el tipo de la aplicación?
—Por supuesto que no —respondí inmediatamente, tratando de sonar ofendido por la sugerencia—. ¿De qué estás hablando?
—Claro que eres tú —insistió, inclinándose hacia adelante en la silla—. Todo tiene sentido ahora. La forma en que la miras, cómo siempre buscas excusas para trabajar con ella, cómo te pusiste raro cuando mencioné al tipo misterioso...
—Bianca, Anne y yo somos amigos. Solo amigos.
—Déjate de eso de amigos —dijo, haciendo un gesto impaciente con la mano—. Claramente están obsesionados el uno con el otro desde que se acostaron en ese avión.
Sentí que mi mandíbula se tensaba. ¿Cómo se atrevía a ser tan invasiva? ¿A hablar sobre algo tan personal de forma tan cruda? Solo porque era amiga de Anne no le daba derecho a meterse así en mi vida privada. O a reducir a Anne y a mí a... un acostón.
—Bianca —dije, elevando la voz y asumi