El Peso Irrelevante
Día ocho. 1:00 PM. Cabaña Remota, Vermont.
El sol invernal se filtraba perezosamente por los huecos entre las maderas de la cabaña, Valeria seguía sentada junto a la chimenea, con el fragmento de mármol en su palma, había pasado las últimas dos horas re-calibrando su existencia alrededor de la paradoja de la honra que le había legado su padre, la venganza estaba cumplida, la conciencia, aunque herida, estaba justificada.
El fragmento, que durante cinco años había sido su ancla, su brújula y su justificación, de repente se sintió... irrelevantemente liviano.
Antes, el mármol era el recordatorio tangible de la paz perdida y la deuda pendiente, era lo que la obligaba a seguir el protocolo de la Doctora Serrano, pero ahora, Valeria se había autodestruido de la existencia de QHI y había forzado a Leonardo Blake a absolver a Javier, Ya no necesitaba un objeto físico para decirle quién era.
Se dio cuenta de que su dependencia del fragmento había terminado, el instinto frí