capitulo 2

Inspiré entonces profunda y cansadamente, era consciente de lo que estaba haciendo. Jamás dejaría que mi familia y amigos interfirieran en este negocio, nunca los habría expuesto a situaciones que pudieran arruinar mi relación con ellos. 

- Ayúdame a levantar, antes de que alguien entre y vea la penosa escena que estoy haciendo – con una media sonrisa Tony se levantó y me ayudó a recomponerme.

- Solo límpiate un poco la cara y te tomas tres Whiskys así el demonio de tu mujer no siente el fétido olor de tú vomitó- con una carcajada Tony salió del baño y me esperó afuera.

- ¡Oh mi querida! ¿En dónde has estado? Llevo un rato buscándote como dejas a tu esposa sola atendiendo a todos los invitados, acaso así te eduque- me regaña mi madre sin levantar un octavo su dulce voz- venga que ya hay que ir a la recepción, rápido que tu esposa ya te espera- me tomó del brazo.

-Mamá suelta que ya no soy una cría puedo caminar yo solita- trato de zafarme, pero no luchó mucho ¿Por qué? Así no me crío ella- además a mi querida esposa se le da bien reír y coquetear con los ricachones de la ciudad- suelto amargada- y ella se apega mucho a las tradiciones así que me esperara

-Morgan Samantha Collings- ruge mi madre y me sorprende- este embrollo lo has hecho tú así que tú tendrás que tragártelo, esto es vergonzoso- me sermonea pero no aligera el paso- Eres tú la que eligió casarse con esa mujer te lo advertí pero como siempre no me escuchaste así que ahora pondrás tu mejor cara, serás la persona más cortés que exista en este mundo y desplegarás todos esos buenos modales y encanto, que tanto me empeñe en enseñarte, y Dios sabe cuánto me costó-termina diciéndome. Mi madre cuida de mí y yo siempre la he respetado, siempre se aseguraba de que estuviese bien a pesar de mi alocada adolescencia. La estaba engañando, al no decirle la verdad sobre los motivos de mi boda, me culpaba así misma porque no me gusta mentirle a una de las personas que siempre la ha apoyado. - a veces haces cosas que nunca lograré entender. 

Mi madre me suelta, y se adelanta dejándome que me componga para hacer lo que me mandaba, ahora reflexionaba en sus palabras (Eres tú la que eligió casarse con esa mujer) que tal si supiera la verdad que de todas las personas con que pudiera haberme casado Elizabeth ni siquiera estaría en la lista, o lo más verdadero era que esto era un trato de negocios que me avergonzaba más de lo que tenía que ser.

-Agradece que no te soltó una hostia- dice Tony detrás de mí- ¿No le dijiste nada verdad?  Sería bueno que lo supiera así el trago no será tan amargo- me aconseja mi mejor amigo

-¡No! Ella ya lo dijo: “este embrollo lo he hecho yo así que yo tendré que tragármelo” - respiro un par de veces, trato de poner mi mejor cara, práctico mi sonrisa unas cuantas veces, endozo una amplia sonrisa y salgo a escena.

No tardé en encontrar a Elizabeth, se encontraba hablando con su grupo de arpías, reían mientras chismoseaban de alguna cosa. Me acerqué con el Jesús en la boca, o tal vez quedaba algo en mi estómago que quería salir, no lo sé, pero ese grupo me enferma. 

-Querida- digo pesadamente, ella se voltea aún con la sonrisa en sus perfectos labios rojos- Estoy lista para irnos a la recepción, no quiero que tus padres se incomoden por estar mucho tiempo aquí- (rodeados de gente con sentimiento y sentido del humor) termine en mis adentros.

- ¿No saludarás a las chicas? - me pregunta con un tono de autoridad que solo hace que me hierva la sangre. - eso no es cortes ¡querida! -se hizo a un lado para que yo pudiera ver a las chicas.

Deseaba decir todo lo que en ese momento me ahogaba, por fin liberar un poco de presión, el deseo solo creció al ver las expresiones burlonas y arrogantes en los rostros de aquellas arpías, pero antes de que abra la boca logro divisar a mi madre mirándome fijamente con una clara advertencia en los ojos, así que respire hondo y sonreí con encanto.

-Hola chicas, les agradezco su asistencia a este momento tan importante en la vida de Elizabeth y mía claro está, espero que hayan disfrutado la ceremonia-despliego mi dulzura- ¡Están todas muy hermosas! - las halago un poco.

-Hace un rato, no parecías tan convencida de que este fuera un momento importante en tu vida- dice agria Chloe.

-Sin más ha olvidado lo que tenía que decir en el altar- se burla Amanda.

-Pero su cara de angustia- agrego Sonia

Carraspeo un poco así evitó mandarlas al infierno- Deben entenderme chicas soy muy nerviosa, además que persona no lo estaría  si estuviese casándose con la mujer más bella del mundo-mi respuesta asombra incluso a Elizabeth que rápidamente fija su mirada en mí le contesto con una sonrisa que dice “Yo también sé jugar a esto” – Pero me disculparan queridas, pero tenemos que irnos ya la recepción nos espera, no por ser algo pequeño e improvisado quiere decir que le daremos plantón ¿verdad amor?- me acerco a Elizabeth y beso su mejilla ella no sé lo esperaba, la tomo de la cintura y sin mediar palabra la saco de allí.

 La gente al vernos nos siguió, yo apenas le di importancia entre a la limusina después de Elizabeth me senté lo más lejos de ella que se me permitió, lo primero que hice al cerrarse la puerta del auto fue arrancarme el maldito corbatín.

-Al llegar tendrás que ponértelo devuelta- me dijo Elizabeth la sonrisa se había ido junto con el encanto y la dulzura, allí frente a mí estaba ella realmente como era, una persona fría y rígida que creía que era mejor que todas las personas que la rodeaban- Quiero que todo se vea perfecto- dice sin siquiera verme.

-Qué importa cómo me vea esto no es real- le digo secamente- Además nunca me ha gustado las corbatas- rezongo.

-No te lo he preguntado- me mira con esos ojos que ahora ya no parecen tan delicados y tiernos, sino fríos, crueles y calculadores- Las cosas se harán como yo digo.

-Esto no es real, yo no soy de tu propiedad, estamos metidas en este suplicio por razones privadas que no me interesa que compartamos, tú y yo no somos amigas ni siquiera conocidas- ella no se esperaba eso porque me vio de una forma extraña que me hizo pensar- La cosa esta así yo te necesito tanto como tú me necesitas, yo cumpliré con mi parte del trato siempre y cuando tú cumplas con la tuya. Lo que tú quieras realmente no me importa, como sé que yo no te importo-el auto se detuvo, ella se apresuró a salir, pero la detuve tomándola por la muñeca- Es el novio quien sale primero, esta cursilería te la concedo míralo como un gesto de buena voluntad- nuestros rostros quedaron a centímetros de distancia su respiración chocaba contra mi rostro, pero tan cerca de ella y no sentí nada atrayente.

Elizabeth se soltó bruscamente de mi agarre y yo me volví acomodar mi corbatín en su lugar, suspire y me prepare para la función.

Estampe una sonrisa de oreja a oreja en mi rostro al salir del auto media docena de fotógrafos ya nos esperaban por un momento corto los flashes de las cámaras me desorientaron, pero me pude recuperar rápidamente, me voltee y le tendí la mano a Elizabeth que esperada pacientemente aun con la cara seria… pero por arte de magia cuando los flashes volvieron a centellar ella ya llevada esa sonrisa de enamorada de cuento de hadas en la cara.

Elizabeth se soltó bruscamente de mi agarre y yo me volví acomodar mi corbatín, suspiré y me preparé para la función. 

Estampé una sonrisa de oreja a oreja al salir del auto, media docena de fotógrafos ya nos esperaban, por un momento corto los flashes me aturdieron, pero aun así me pude recuperar rápidamente, le tendí la mano a Elizabeth, que esperaba pacientemente aun con cara seria. Cuando los flashes tomaron su foco de atención en ella, allí su sonrisa de adolescente enamorada volvió. 

Posamos para tantas fotos como Elizabeth quiso, con sus amigas que no me hizo gracia, con sus padres que tampoco me hizo gracia, con algunos de sus inversores/los amigos más íntimos de la familia que tampoco me hizo gracia, y para terminar con mi gente que, aunque no lo disfrute porque en teoría los estoy engañando lo disfrute más al verle la cara a Elizabeth. Cuando fue el turno de mis padres de tomarse las fotos con nosotras sentí cómo el alma se me congeló, mi padre se puso a mi lado no hablábamos desde hace varias semanas, y en el ayuntamiento ni se acercó a mí para felicitarme ni para otra cosa, en el idioma de Esteban Collings eso significaba que estaba más que cabreado, pero lo había dejado estar porque tenía la mente más ocupada en otras cosas, pero ahora que lo tenía aquí a mi lado me siento triste de no hablar con él, la relación paternal siempre fue mejor con el que con mi madre y más después de que fuese más que evidente que yo no era una chica normal.

-Esteban- susurré para que solo él me oyera- ¿Cómo te sientes?

- ¿Cómo crees que me siento Morgan? - me devolvió la pregunta

-Si lo supiera no lo preguntaría, es lógico- le dije- ¿Esteban porque te molestas conmigo?

-Hay Morgan- suspiro cansado- Samantha Collings escucha lo que tengo para decirte niña, con este matrimonio lloraras lágrimas amargas- me soltó para sujetar a mi madre.

Los vi caminar agarrado de las manos con los dedos entrelazados y suspire en mis adentro queriendo llorar, yo soy más que consiente de que lloraré lágrimas amargas, pero valen la pena, cada lágrima que derrame vale la pena ser llorada.

La fiesta siguió tan fúnebre como la ceremonia, el único momento divertido fue cuando Tony se dispuso a dar el discurso del padrino, mi gente quien entendía a la perfección lo que el gigante decía se carcajeaban sin escrúpulos incluyéndome, Tony se pulió contando las mejores historias sobre nosotros de cuando éramos pequeños, o, adolescentes, o de hace un par de meses atrás. Pobre Tony se esforzó por darle ambiente al momento.

Para cuando el discurso de las novias llego ya estaba un poco más relajada.

-Te amo Elizabeth- logre decir sin tartamudear o atragantarme- Espero hacerte muy feliz el tiempo que estemos juntas- termine

Elizabeth me vio sería por un momento ordenándome con la mirada que siguiera y cuando cayó a cuenta que yo no mencionaría otra palabra, tomó el micrófono

-Bueno Morgan, yo también espero hacerte muy feliz, enamorarme de ti fue inesperado y casi mágico, aunque muchos no te comprendan, yo lo hago y debo decir que eres la persona más hermosa que conozco- tenía una cara extraña, como de soñadora quinceañera- Cada minuto cerca de ti hace que me enamore más de ti, a muchos les pareció extraño que encontrara mi felicidad en ti, pero tú para mí eres perfecta. Y espero de corazón poder demostrarte lo mucho que significas para mí- dice sollozando, deja el micrófono y se lanza a abrazarme tan fuerte que creo que me rompió algo.

No pasó mucho para que la fiesta llegará a su fin, al salir nos lanzaron el tradicional arroz, tomaron más fotos de la que pudo contar casi ni alcanzó de despedirme de mis padres, pero a los padres de Elizabeth los evite conscientemente. Casi tuve que saltar dentro del auto para que Tony me dejara en paz, una vez dentro me di cuenta que la fiesta se había extendido un poco y ya era la primera hora de la madrugada.

-Me muero por echarme en mi cama y dormir hasta que el sol caliente- dije alto arrancándome el corbatín ya deshecho y sacándome el traje quedándome con la camisa y el pantalón- Me muero del cansancio.

-Tendrás que vencerlo- dijo Elizabeth lanzándome una cartera negra de cuero- y la cama tendrá que esperar

Tome la cartera, busqué dentro y mis ojos se abrieron como platos cuando saque el contenido y lo vi.

- ¡Cristo! - dije viendo a Elizabeth que no me prestaba la menor atención. 

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