Capítulo 66.

Pov Fernando:

La reunión había sido larga, demasiado larga para mi gusto.

Empezó por la tarde y terminó casi a medianoche. Había socios, asesores, jefes de departamento. Gabriela estuvo impecable, firme en sus argumentos, aunque yo pude notar que estaba agotada. Cuando finalmente los últimos consejeros se fueron y ella se marchó a casa junto a Adrián para a descansar, nod quedamos solo María y yo en la sala de juntas recogiendo papeles y guardando carpetas.

—No sé cómo habéis podido aguantar tantas horas sin volveros locos —dijo ella, apilando documentos.

—La verdad, a veces lo hacemos solo por orgullo. Nadie quiere ser el primero en irse, como si eso significara rendirse.

María comenzó a reír, estaba cansada pero de buen humor. Y esa risa me alivió después de tanta tensión.

Estábamos rodeados de carpetas, tazas de café frío y platos con restos de comida que nadie había tocado. El silencio de la oficina contrastaba con el bullicio de hacía un rato. Yo estaba agot