—No lo sé... la verdad es que ayer me habían dado una buena noticia, que podía mover un poco los pies, y ahora siento mis dedos. Aunque se quedó mudo, en ese instante, Leonardo pudo percatarse de que podía sentir también sus tobillos.
— ¿Qué ocurre? — preguntó asustado Juan.
—Puedo sentir mis tobillos y los dedos de mis pies, también las plantillas de mis pies.
— Eso es una buena noticia, Leonardo. Quizás pronto puedas volver a caminar.
—Sí, no puedo creerlo... me siento tan asombrado.
— ¿Por qué?, te lo mereces mucho. Eres una buena persona, aunque no parezca — comentó divertido Juan.
—Da igual, quiero dormir, punto.
— Entonces duerme, yo me pondré a ver una serie en Netflix.
—Como sea, ¿y tu esposa? — preguntó Leonardo.
&mda