Capítulo 6

“Estoy bien. ¿Y usted?", respondió Briana, sintiéndose confundida.

“Tuve una noche terrible. Otra vez fui a su habitación. Sabes, hablar contigo me hace sentir un poco más ligero. Es como si estuviera hablando con Lucía".

—Algo así—comentó Briana y comenzó a beber su taza de té.

—Cariño, yo que fuera tú..—empezó su madre.

—Pero yo no soy tú—interrumpió Briana, mirándola con tristeza.

—Tienes razón. Tú tienes un corazón demasiado noble—dijo su madre con cariño.

*******

Briana lo miró con confusión mientras Lautaro se acercaba a ella.

—¿Cómo estás, Briana? —preguntó acercándose, y la miró de una manera que ella no comprendió.

—Estoy bien. ¿Y usted? —respondió Briana, intentando disimular su sorpresa.

—Tuve una noche terrible. Otra vez fui a la habitación de ella. Sabes, hablar contigo me hace sentir un poco más liviano. Es como si estuviera hablando con Lucía—comentó Lautaro, con nostalgia en su voz.

Briana se sintió desconcertada ante sus palabras. No sabía cómo responder. Su mente estaba llena de pensamientos y emociones encontradas. No quería herir a Lautaro, pero tampoco podía seguir ocultando la verdad.

—Lautaro, tenemos que hablar—dijo Briana, tomando una respiración profunda.

Lautaro la miró con curiosidad y preocupación en sus ojos.

—Hay algo que necesito decirte... algo que he estado guardando por mucho tiempo—continuó Briana, con determinación.

Ambos se sentaron en un lugar tranquilo, y Briana comenzó a contarle la verdad sobre Lucía, las cartas, y su relación con Eduardo. Explicó todo con sinceridad, sin ocultar nada.

Lautaro escuchó en silencio, con una expresión de asombro en su rostro. Al finalizar, permaneció en silencio por un momento, procesando la información.

—No puedo creerlo..—susurró Lautaro, con tristeza en su voz—No tenía idea de todo esto. Siento haber sido tan ciego.

Briana puso una mano en su hombro, mostrando compasión.

—No es tu culpa, Lautaro. Lucía sabía cómo manipular las situaciones. Pero ahora que lo sabes, puedes tomar decisiones basadas en la verdad—le dijo Briana, reconfortándolo.

Lautaro asintió, agradecido por la honestidad de Briana.

—Gracias por contármelo, Briana. Es difícil de procesar, pero necesitaba saber la verdad—expresó Lautaro, con una mezcla de tristeza y alivio en su voz.

Briana y Lautaro continuaron conversando durante un tiempo, compartiendo sus sentimientos y apoyándose mutuamente. Aunque las cosas se complicaron, ambos sabían que la verdad era el primer paso para encontrar la felicidad y seguir adelante. Juntos, decidieron enfrentar los desafíos que les esperaban y aprender de las lecciones del pasado.

—¿Brianna? ¿estas ahi?

—Lo lamento mamá, me quedé dormida en el sofá.

Brianan se lamentó porque aquello había sido tan real.

Era extraño compartir ese secreto con alguien y sentir cómo una carga se aligeraba de sus hombros. Se puso de pie, ignorando el reclamo de su estómago, ya que no había comido, y decidió ir al trabajo. Se vistió con unos cómodos pantalones vaqueros y un suéter marrón que le llegaba a la cintura. Se calzó unas zapatillas grises y se dirigió hacia su coche Honda estacionado afuera. Justo cuando llegaba a su coche, chocó accidentalmente con Eduardo.

“Hola, guapa"“, dijoEduardo con una sonrisa coqueta mientras se ajustaba la corbata.

“Hola", murmuró Briana, ignorándolo y pasando junto a él.

“¿Quieres salir esta noche?", preguntó Eduardo con dudas.

“Claro", respondió Briana distraída, mientras miraba unas cartas que habían llegado a la casa.

“Briana, ¿me estás escuchando?", preguntó Eduardo.

“Sí, te estoy escuchando", respondió Briana, justo cuando vio cómo alguien le arrebataba las cartas de la mano.

“Esto es muy bonito", comentó Eduardo coquetamente, mirándola a los ojos.

Justo en ese instante, Lautaro apareció en la sala y al ver a Briana tomada de la mano con Eduardo, sintió una extraña molestia.

“¿Van a estar haciendo eso en el trabajo?", preguntó de manera arrogante.

“Lo lamento, señor"“, dijoBriana apartándose de Eduardo.

“¿No tienes algo mejor que hacer, moso?", preguntó a Eduardo, quien rápidamente desapareció de su vista.

“¿Cómo estás, Briana?", preguntó acercándose a ella y mirándola de una manera que ella no comprendió.

“Estoy bien. ¿Y usted?", respondió Briana, sintiéndose confundida.

“Tuve una noche terrible. Otra vez fui a su habitación. Sabes, hablar contigo me hace sentir un poco más ligero. Es como si estuviera hablando con Lucía".

Briana, con incomodidad, asintió pero evitó mirarlo a los ojos.

“La echo de menos. Ella se preocupaba tanto por todos. Se preocupaba por mí. Cada vez que me despertaba, ya tenía el desayuno listo. Siempre me dejaba cartas hermosas de amor", suspiró Briana al escucharlo.

“Si tan solo supiera que esas cartas las escribía yo para él”, pensó Britana.

 A Lucía no le importaba en absoluto, pero le pedí a Briana que escribiera dedicatorias de amor cada día, fingiendo que eran de Lucía. Briana, de hecho, no sé si lo hacía por Lucía, sino que ella misma dejaba sus propias dedicatorias de amor, pero a nombre de otra persona.

“Claro", respondió Briana con desgano, y luego dijo, interrumpiendo:

"Entonces, tú eres una parte de mi bella esposa. Me siento tan cómodo cada vez que hablo contigo. La verdad es que eres mi única amiga. Sé que eres amiga de mi..."

“Sí, de Lucía", interrumpió Briana, completando la frase.

“Estar a tu lado me hace sentir un poco más entero, y no tan lastimado", añadió Lautaro.

“Creo que es tiempo de que me vaya", comentó Briana, alejándose de su lado.

“Mírame, ¿quieres que salgamos al parque con Emma?", preguntó Lautaro, sorprendiendo a ambos. Era la primera vez después de todo ese largo año que él proponía salir de la casa.

“Claro", respondió Briana, sorprendida, y él la soltó.

“Gracias"“, dijoLautaro con una sonrisa enorme, dejando a Briana confundida. Él se acercó a Emma.

“Hola cariño, ¿cómo estás?", preguntó.

“Estoy muy emocionada por ir al jardín. Es genial que vayamos al parque", respondió Emma con entusiasmo.

“Eso te iba a pedir", comentó Lautaro acercándose a ellas.

“¿Qué cosa?", preguntó Briana confusa.

“Puedes llevarla hoy para comprarle todo lo que necesite"“, dijoLautaro.

“Claro", respondió Briana, y Lautaro le entregó la tarjeta.

“También pueden ir a comprar helado", agregó Lautaro.

“Señor, no puedo usar su tarjeta, está a su nombre", interrumpió Briana.

“Tienes razón, entonces te acompañaré"“, dijoLautaro.

“¿Saldremos contigo, papá?", preguntó Emma inocentemente, emocionada.

“Sí, cariño, iremos a pasear", respondió Lautaro, y Briana sintió que su corazón latía rápidamente. No dijo nada, simplemente salió por la puerta.

“Briana, gracias por esto", comentó Lautaro, y ella asintió. Si tan solo supiera lo que realmente estaba pensando. Se sentía culpable, pero no dijo nada.

Lautaro apareció junto a las dos mujeres, caminando en dirección a su vehículo.

“Vamos en mi auto", comentó mientras se subía, y Briana le ajustaba el cinturón de seguridad.

“Listo, cariño"“, dijoBriana, y se sentó en el asiento del copiloto.

“Tendríamos que hacer esto más seguido", propuso Lautaro, y avanzaron hacia el centro.

“Claro, señor", respondió Briana mirando hacia la ventana.

“¿Cómo está siendo tu día?", preguntó Lautaro curioso.

“Normal", respondió Briana sin añadir nada más.

“Siempre eres callada, pero eres muy buena escuchando", comentó Lautaro.

“Puede ser"“, dijoBriana sin querer añadir nada más.

“Lucía hablaba mucho. Me encantaba escucharla. Ella hablaba de tantas cosas y también te mencionaba muy seguido a ti"“, dijoLautaro levantando una ceja.

“¿A mí?", preguntó curiosa Briana.

“Sí, hablaba muy bien de ti. Decía que eras una excelente amiga y que te quería mucho. Ella era una mujer excepcional. Jamás habló mal de nadie", afirmó Lautaro.

“Claro que no, Lucía era así"“, dijoBriana con una sonrisa triste y falsa.

“Aún recuerdo los paseos que daba con ella. Creo que es difícil para mí estar lejos de ella"“, dijoLautaro con nostalgia.

“Supongo que sí", comentó Briana, suspirando y cruzando los brazos.

“Le gustaba mucho salir. Íbamos al centro comercial y siempre se perdía entre todas las cosas. Siempre salía con muchas bolsas, pero siempre se acordaba de mí y me daba un regalo"“, dijoLautaro.

“¿Un regalo de 10 bolsas que ella misma se había comprado?", preguntó Briana con sarcasmo, pero lo disimuló.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo