— No me interesa. — Respondí cortante, y me di la vuelta para entrar en la habitación.
Me acosté en la cama y tenía puesto incluso un camisón transparente para que él me viera, pero en cuanto se recostó a mi lado, ni siquiera me prestó atención.
— Buenas noches. — Murmuré, pero él ya se había quedado dormido. Quise llorar, lo único que faltaba era que apareciera una versión exactamente igual a Lucía y más malvada.
Al día siguiente, cuando me di vuelta para darle un beso de buen día a Lautaro, él ya no estaba en la cama. Molesta, me puse de pie, me puse las zapatillas y salí directo para ver a Emma. Pero al abrir la puerta, me di cuenta de que la habitación estaba vacía. Me di la vuelta y pude ver que...
Suspiro, siento un nudo en la garganta, y adem&aac