—¿De verdad? —pregunté.
—¿Y Emma? —añado .
—Estará con su abuela, solo será una semana. No sé… si te molesta.
—No, para nada —respondí con una sonrisa.Me encantaría viajar contigo y conocer nuevos lugares juntos.
El día de nuestro viaje llegó, y estaba ansiosa por la aventura que nos esperaba. Con Eduardo a mi lado, sabía que cualquier destino sería mágico. Juntos, comenzábamos una nueva etapa en nuestras vidas llena de amor y felicidad.
—Claro que no, no viajo muy a menudo porque...
—¿Por qué? —preguntó sin entenderme.
—Porque soy pobre —confesé, y empecé a reírme divertida.
—¿Qué misterio? &mdash