No puedo solo alejarme.
Amelia
Las piernas me tiemblan a cada paso y siento que no voy a poder sostenerme, peo lo consigo. Llego al baño maldiciendo en silencio, quiero volver y gritarle que se vaya a la puta mierda, pero no puedo, no en un lugar lleno de gente. Sobre todo, no en un lugar donde las personas creen que somos una pareja feliz.
Cierro los ojos un segundo y veo su expresión: fría y arrogante, su mirada cínica y esa sonrisa de burla en sus labios. Sus palabras se repiten en mi cabeza con la misma crudeza, mi corazón se encoge dentro de mi pecho y le da la razón. Eso era lo que yo quería, aunque esperaba algo distinto. Me odio por haber mostrado vulnerabilidad en un punto donde fue decisión mía establecer las reglas de juego de esa manera.
Me odio por haber dejado que un simple hombre, uno que no me importa ni en lo más mínimo, penetrara de esa manera en mí. Me acerco al lavabo y abro la llave, el agua fluye como un torrente. Tomo un poco con las manos y me lavo la cara par