Capítulo II

Los Baltherton habian sido unos duques que habían emigrado de Escocia hasta Inglaterra para hacer una nueva vida. El patriarca Francisco Baltherthon un conde que en su juventud habia  sido militar de alto rango a tal punto de ser escolta de uno de los reyes de Inglaterra. Su amor por el pais que le habia dado la bienvenida lo hacia hacer lo que sea por ello. Pero hace unos años atrás se le habia detectado tuberculosis y sus desgastados pulmones ya no podian más con el noventero. 

Francisco solo habia procreado dos hijos con su esposa Ana Maria, una belleza trigueña de sangre Española quien habia al igual que el emigrado a una nueva tierra. el motivo fue porque sus padres habian heredados unas tierras al norte de Inglaterra, se conocieron en un baile que habia dado uno de sus amigos y se enamoró al instante de ella. El mayor Leonidas habia muerto por la caida de un caballo cuando tenia quince años, y el menor Félix se habia casado con una Americana llamada: Emilia, a pesar de que ella no era sangre azul como ellos era una excelente madre y esposa. 

Y de ese Matrimonio nació Marcos, Andrew y la pequeña Alondra quien era una belleza rubia como su madre solo que ella aun tenia una mirada angelical, Andrew por el contrario era idéntico a su papá, y luego estaba Marcos el retrato vivo del hijo que habia perdido, por eso lo queria con demasiado cariño como si fuera su propio hijo.

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Francisco escucho unos pasos acelerados, y cerró los ojos porque sabia quien era con solo escuchar el sonido de sus pisadas, al momento una mano áspera tocó su fría mano a lo que solo sonrio al ver el rostro de su nieto adorado. Marcos le ayudo a enderezarse en la cama mientras le extendía un vaso de agua para asi pudiera hablar.

— ¡Abuelo Fran! — hablo preocupado — ¿Estás bien, quieres que te revise nuevamente?

Francisco rio con dificultad a pesar de que sus pulmones ya no se lo permitian, apretó la mano de su nieto con cariño.

— Sabías que tu eres mi orgullo — hablo con suavidad — Algunos nobles, buscan estudiar arte o cualquier tonteria pero tu decidiste estudiar medicina, porque cuando eras niños lloraba cada vez que tenia un leve resfriado, pero esta vez no es un resfriado es algo más y siento que mi momento ya esta a punto de llegar mi adorado nieto.

Marcos nego ante sus palabras.

— Ni se te ocurra decir eso abuelo Fran, aún estas joven y tienes que conocer algunas cosas, además recuerda que le prometiste a la abuelita Ana que irias a España.

Francisco sonrió con tristeza hace dos años atrás su único amor habia muerto de un infarto fulminante, a pesar de que le habia dicho su hijo de que se mudará con el para que no estuviera solo, simplemente no podia hacerse la idea de dejar la cama donde habia dormido por más de treinta años con su esposa, y a pesar que el lado derecho de la cama estaba vacia aun la sentia de forma sutil de ella, asi que no estaba tan solo como creia.

— Hijo mio escuchadme atenta lo que te voy a decir, se que o tal vez probablemente no vea de nuevo el amanecer — Marcos quiso interrumpirlo pero su abuelo lo detuvo — Oídme, esta casa y la finca de Halzard te la dare al igual que la mitad de mi fortuna, te la dare a ti.  y a tus hermanos las propiedades que tengo en Escocia. al igual le dare la otra parte a tus hermanos.

— Abuelo no digas tonterias. te conozco se que esto me lo estas entregando con una condición, ¿no es asi? — preguntó con picardia en la voz a lo que Francisco sonrio.

— Me conoces casi igual que tu abuela, mi única condición es que te cases.

— ¡QUE ABUELO! — grito serio — No me digas, que tu también me quieres ver atado con algunas de esta insipidas damas de Londres.

— Te entiendo a tal punto que te comprendo, yo tampoco me quise casar con algunas de estas mujeres por eso me case con una hermosa Española, pero esa es mi condición es todo o nada hijo. — Francisco tosió a lo que Marcos le paso agua nuevamente — Y para darte mas diversión, te doy un período de dos meses para llegar al altar.

(........)

Marcos se despidió de la ultima familia a la que habia atendido, pero la conversacion que habia tenido con su abuelo lo tenia como un mantra en su mente que no logro lo suficiente para concentrarse, solo esperaba haberle dado la dosis correcta al paciente sino su cabeza estaria en la horca al día siguiente.

Caminó con tranquilidad hasta que escucho los gritos de una dama, preocupado corrio hasta el parque donde estaban rodeados algunas personas, se acerco empujando sutilmente algunas personas cuando vio a la hermana de Azucena en el suelo, mientras su hermana la sostenia entre sus brazos.

Azul y verde cruzaron mirada, al momento el verde de los ojos de Azucena se iluminaron mostrando un verde precioso como el de los arboles cuando estan llenos de vida, se acerco a las hermanas mientras examinaba el tobillo hinchado de Madeline.

— Se tropezó mientras esquivaba un coche, la muy tonta estaba distraída que no notó que casi la hacen pan. — habló preocupada Azucena

— Tranquila Azu — respondió su hermana con tranquilidad — ¡Auch! — se quejo al momento que toco su tobillo inflamado — Me duele mucho.

Los ojos verdes bello como la primavera se habia puesto oscuro, la expresión de Azucena habia cambiado a la de una leona que estaba siendo precavida con su cachorro, sonrio al ver que el seria igual con sus hermanos. 

— Mi casa esta cerca, si quiere puedo llevarla hasta ahi mientras un cochero viene por ustedes. 

Azucena negó

— Esperamos por el cochero, y que el venga no es bueno estar en la casa de un desconocido. 

— Pero hay que ayudarle a que se baje la hinchazón, es lo más recomendable para ella y asi sera menos doloroso para la señorita.

— Lo mejor seria esperar por un cochero, ya Carmen esta en ello, además es mal visto ir a la casa de alguien que conocemos poco — hablo Madeline con tranquilidad.

"Ambas son unas terca" pensó con diversión.

— No soy un desconocido, mi nombre es : Marcos de Baltherton duque de Inglaterra, además de ser médico general graduado en Escocia, mi familia sirve orgullosamente a la corona de la reina asi que conmigo estarán más seguro que en una iglesia. — Sonrio con arrogancia.

— Gracias my lord pero igual declinamos la oferta de ir a su casa — hablo Azucena seria, en eso vio a su hermana quien se quejaba del dolor.

Ca fait tres mal ma soeur — sollozo Madeline, su hermana apretó las manos para luego suspirar con resignación.

— ¿A cuantos minutos esta su casa? 

— Esta a diez minutos, yo le ayudare

— Haz lo que tenga que hacer para que ella este bien, mi familia le pagara por sus servicios. — Marcos negó ante sus palabras. — ¿Cómo la llevara?

— La cargaré hasta mi casa

Antes que Azucena protestara tomo a su hermana entre sus brazos, al principio Madeline se quejo pero luego se aferro, en eso Marcos escucho un susurro divertido en su oido.

"Esto que estoy haciendo me lo agradecerás"

Marcos miro  los ojos grises de Madeline a lo que sonrió con picardia, ese dia no entendio a lo que se referia. o quizas si

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