Llegamos al carro y ya tenía una silla para niños.

—Ven Ethan, te pongo en la silla —dijo Arlen.

— ¿Por qué compraste una silla para auto? Prácticamente queda muy poco para que ya no la necesite — Le dije nerviosa.

—Primero por seguridad y además porque investigué y me dijeron que esta era la mejor, y sirve hasta los siete u ocho años —me dijo demasiado seguro.

—Papá ¿A dónde vamos a desayunar? —preguntó Ethan.

—No sé ¿A dónde les gustaría ir? —

—Vamos a donde nos dijeron los abuelos que tiene muchos juegos —gritó Ethan.

—Está bien, ¿dónde dijeron? —me preguntó.

—No sé, la verdad no puse demasiada atención, no recuerdo el nombre, era algo de canela.

—Canelli's —dijo Ethan.

—No sé dónde queda. La verdad es que no salgo mucho — respondió Arlen, y si, suponía que era normal que no conociera mucho de mi pueblo, honestamente ni siquiera yo sabia en donde se encontraba eso y los abuelos de Ethan lo buscaron en Google.

Marcó algo en el radio del auto y empezó a sonar como un teléfono marcand