CAPÍTULO 145: EL TESTIGO QUE FALTA
Derek
Unos días después…
No sé cuántas veces he leído la carpeta frente a mí, pero ninguna me prepara para la gravedad de lo que estoy a punto de hacer. Mi abuelo está sentado al otro lado del escritorio, con el ceño fruncido y las manos entrelazadas sobre sus rodillas. A su lado, el investigador privado revisa unas notas sin levantar la vista. El silencio pesa como plomo.
—¿Estás seguro? —pregunta Jonathan por fin.
—Tan seguro como estuve el día que firmé el divorcio con Vanessa —respondo sin vacilar—. Esto ya no se trata de lo que quiero o no quiero. Se trata de la verdad.
El investigador asiente y me extiende un nuevo informe. En la parte superior está el nombre de un hospital que ya me resulta demasiado familiar: St. Martin’s Children and Maternity Center. Un lugar que debería haber estado vinculado a mi nacimiento, pero no tiene registros de Vivian ingresando como paciente aquel día.
—Se llama Peter Hale —dice el investigador—. Ex enfermero jefe