CAPITULO 120: EL PRECIO DE LA SANGRE
Derek
Gregory me lo ha dejado claro: si él cae, no piensa hacerlo solo. Su amenaza sigue rebotando en mi mente… tiene pruebas, supuestas firmas y puede hundirme junto a él. Y el problema no es que sea mentira… el problema es que en algún momento, por idiota, sí firmé documentos sin revisar, por inercia, por jugar el papel de yerno obediente.
Cuando me detengo en el pórtico principal, el aire me parece más denso, apenas respiro. Abro el botón superior de la camisa, necesito salir de aquí. Necesito llegar a Maddison, verla y asegurarme de que está bien, pero apenas pongo un pie en el primer escalón, escucho el chirrido de llantas frenando. Dos patrullas se detienen bruscamente frente al portón y segundos después, aparece otro auto negro con el logo del canal 7.
No puede ser.
Los policías bajan armados con carpetas y órdenes. Uno de ellos muestra su placa al guardia de seguridad de la propiedad y los otros ya están cruzando hacia la entrada. Me deteng