46. Hay costumbres
—Te hemos querido y cuidado como a un hijo, sabes que así ha sido, pero debíamos ser cuidadosos con la verdad, porque tu existencia puede ser un problema para la paz que tanto nos ha costado lograr con el Reino de Valoria. No podíamos decirte la verdad, pues el desconocimiento era lo más seguro para ti —explicó el rey.
Jack desvió la mirada, la noticia lo tomó por sorpresa y se sentía abrumado. El silencio reinó, el ambiente se sentía pesado y los reyes eran conscientes de que en la cabeza de su hijo y sobrino las preguntas estaban dando vueltas, pero no era sencillo dejarlas salir.
William se acercó hacia Jack, su primo y puso su mano sobre su hombro, como muestra de afecto y compañía.
—Sigues siendo tú —dijo con firmeza—. Mi amigo, el capitán más leal que he conocido y ahora más que nunca, somos familia. Esta revelación no cambia eso, Jack. Pero entiendo que te debes sentir confundido.
Jack levantó la mirada hacia él y tenía los ojos vidriosos.
—Necesito... necesito estar solo un mo