Un mes, había pasado un mes desde mi ultimo encuentro con Bris, estos últimos dias fueron muy extraños para mi, las terapias con la psicóloga estaban siendo mas productivas de lo que creia, cada dia me sentia bien y empezaba a aceptar que mi hijo jamas podria ser reemplazado, aprendí a llevar de una manera sana mi duelo, poco a poco volvía hacer la misma de antes, pero con la diferencia de que no era estupida como lo fui en el pasado.

Bajo las escaleras para estar presente en la ecografía de mi hijo, porque eso es, lo he salvado de que su madre lo asesine tres veces, esa mujer si qye esta loca y ha intentado tres veces asesinar al bebe.

Observo el lugar y me sorprende mucho de ver a Bris en la celda, el poco viene por aqui, si no es nunca, al parecer esa mujer si que le desagrada.

—No imagine que estuvieras aqui —digo con asombro. El deja de mirar lo que hace el medico para poner los ojos en mi.

—Tambien es mi hijo —asiento.

—Ustedes son tan patéticos, preocupándose por un bastardo