Yunior:
A pesar de las constantes protestas de mi madre, ya estoy suficientemente bien como para atender algunos asuntos. Y este es uno que no puede esperar.
—Te ves terrible.- farfulla él,sonriendo con amplitud.
—Imagino que me veo mucho mejor que tu madre después de parirte.- mascullo.
El libera un gruñido, mostrándome los dientes, y yo me río a carcajadas.
—¿Tiene algún objetivo esta vídeo llamada o solo deseas ofender la memoria de mi madre?
—Sí. Con respecto a tu proyecto, le entro.
—Lo imaginé. Después de todo, se te ha caído en pedazos esa pequeña rebelión de la que querías ser el líder. Contra los Ivanov no se puede ir por la fuerza y veo que has aprendido esa lección, por las malas, lamentablemente.
—Sí, sí, gracias por el sermón. Ya cállate. Ahora, cuéntame todo sobre la nueva droga, búlgaro.
***
Augusto:
Me encontraba trabajando en el despacho, estudiando las implicaciones tanto positivas como negativas que una propuesta laboral que acababan de hacerme.
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