- Gracias por cuidarme. Y déjame tus cosas.
- Yo... tengo un trabajo.
- Um, gracias por llamarme y avisarme, para tranquilizar a tu abuela. Tal vez es mi culpa que tuve un ataque al corazón, sabiendo que estabas desesperado por un trabajo y todavía negándote a mi ayuda financiera para vivir.
- Abuela, lo siento. Pero si supieras todo lo que me ha pasado en las últimas semanas, no sé si lo creerías.
- ¿Qué tal si comenzamos con el lugar donde trabajas?
- Conseguí un trabajo en Perrone. dije emocionada. - En una posición alta. Estoy casi en la oficina del director general. - Bromeé.
Ella no sonrió. No dijo una palabra. Y su rostro se cerró.
- Abuela... ¿Estás bien? ¿Sientes algo? - Me preocupé.
- ¿Quién es el director general?
Arqueé una ceja, confundida.
- Sebastián Perron.
- No conozco.
- ¿Conoces a algún CEO en tu vida? - Me reí.
- Sí... A ver... Heitor Casanova, Allan Casanova...
- Estos no valen. Todos saben.
- ¿Qué haces exactamente en Perrone?
- Soy responsable de Marketing. Un t