Le di el...

Me desperté a la mañana siguiente completamente desnuda, acurrucada con mi esposo, debajo de una manta gruesa, a pesar de la calefacción, que hacía que la habitación fuera agradablemente cálida.

Acaricié su brazo, que estaba alrededor de mi cuerpo, con la punta de mis dedos, notando la piel picando levemente, incluso cuando estaba dormido. Sonreí, deslizándome con cuidado a un lado de la cama, sin hacer ruido.

Me envolví en la sábana y me acerqué a la ventana, abrí el vidrio y luego eché hacia atrás el pesado postigo de madera. Mi corazón latió con fuerza cuando vi que el suelo comenzaba a ponerse blanco y la nieve caía tímidamente.

Corrí hacia Héctor, sacudiéndolo ansiosamente.

- ¿Qué paso? Abrió un poco los ojos, tapándose hasta la cabeza.

Retiré las sábanas y encontré a un hombre perfectamente desnudo en la cama, delgado, con poco vello corporal y abdominales perfectos.

- ¡Joder, qué frío! – dijo mirando a la ventana – ¿Estás loca, Bárbara? ¿Quieres congelarme hasta la muerte?

- ¡E
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo