Estaba sentado en una silla, vigilado por un policía, mientras el diputado atendía a otras personas que estaban frente a mí. Vi claramente que mi “crimen” era el más leve allí.
Mientras esperaba en la fila a los delincuentes, golpeé mis tenis con insistencia en el suelo, con ansiedad, hasta que vi entrar a Ben y Daniel.
Ben casi atropelló al policía y vino hacia mí, corriendo. Me levanté y nos abrazamos.
- ¿Qué pasó mi amor? ¿Qué te hicieron?
- Ben, el bastardo de Casanova me acusó injustamente. - Mentí.
- ¿De que?
- Yo no sé.
- Babi, dime que no te metiste con el CEO de Babylon, por favor. Ben me miró a los ojos.
- No es solo el director ejecutivo de Babylon. Él es el director ejecutivo de North B. también. – explicó Daniel.
Ben me miró:
- No eres más que una piedra en su zapato... Lo sabes, ¿no?
Asentí, asustada y dándome cuenta de lo que había hecho y cuanto más podía complicarme la vida, que ya era más que difícil.
Antes de que me arrepintiera por completo, el Delegado me llamó po