40. No puedo pelear contra él
Desde el muro, Matías supo que ella no respondería. Bajó de inmediato, decidido a evitar que Serena muriera a manos de su propio hermano.
Mientras tanto, el ejército enemigo se lanzaba al ataque una vez más. Las catapultas disparaban rocas envueltas en llamas. La Reina y los magos creaban escudos protectores; otros hechiceros intentaban destruir las piedras antes de que impactaran. Aun así, algunas lograban dañar las defensas de la ciudad.
Serena seguía allí, intentando que Oliver la reconociera. Sabía que la arpía usaba métodos de control mediante magia oscura y que la máscara probablemente tenía algún hechizo que lo mantenía bajo dominio. Su objetivo ahora era quitarle esa máscara.
—Perdóname, hermano… pero debo sacarte de esa organización —dijo, tomando posición de combate.
Matías llegó corriendo entre el caos.
—Regresa a la ciudad. Yo me encargaré de Oliver —dijo él.
—No. Es mi hermano. No volveré a abandonarlo —replicó Serena, decidida.
—Entonces dime cómo vencerlo. Te ayudaré.
—N