41. La arpía llega a la batalla
Las palabras la tomaron por sorpresa.
—Si él es tu hermano y está bajo un hechizo, ¡tienes que ayudarlo! Si dejas que te mate porque no quieres herirlo, entonces él cargará con eso para siempre.
Serena se quedó en silencio.
—Y si tú lo matas, tampoco lo superarás. No dejes que ellos ganen obligándolos a destruirse entre ustedes.
El escudo comenzó a ceder. La Reina intervino, usando su magia para devolver a Anthony a la ciudad y traer a Matías al campo de batalla.
Mientras Anthony era transportado en la esfera protectora, le gritó:
—¡No los dejes ganar!
Aquellas palabras encendieron algo en Serena. Comprendió que debía hacer lo necesario para salvar a su hermano, incluso si eso significaba herirlo. Después, podrían sanar juntos.
—Serena, debemos inmovilizarlo unos segundos mientras coloco el hechizo —dijo Matías al llegar.
—Lo haré.
Serena levantó la nieve a su alrededor y la condensó en miles de pequeñas esquirlas, formando un remolino helado que giraba rápidamente. El objetivo era dob