36. No puedo quedarme aquí...
El gran salón había sido transformado en una sala médica, con camillas alineadas y preparados para recibir a los combatientes. Serena y Anthony, aún convalecientes, se encontraban ahí. Ambos habían mejorado bastante, pero no estaban del todo recuperados.
Serena abrió los ojos apenas escuchó las campanas. El sonido retumbó en su mente como un llamado a la realidad.
Anthony también despertó al escuchar el eco de la guerra…
—Están aquí —dijo Serena, incorporándose con dificultad. Sus heridas apenas habían cerrado y su cuerpo aún estaba adolorido.
—Quédate en la cama. Nuestro ejército ya debe estar listo para defender la ciudad, no hay nada de qué preocuparse —intentó calmarla Anthony, aunque él también deseaba estar en el campo de batalla, no acostado en una camilla.
—Debo salir a ayudar… —susurró ella, aún aturdida.
—No podemos hacer nada. Solo esperar que tu plan funcione —añadió Anthony, sintiendo que su lugar debería estar luchando.
—El plan… —Serena recordó los preparativos que había