Mark se adelanta con pasos sigilosos, cómo si el aire lo cargara en brazos.De repente un hombre de cabello negro y barba espesa arremete contra él.

—¡Sam!...Mark—espeto poniéndome en alerta.

—Shh... tranquila —sisea elevando el brazo hasta mi estómago evitando que avance.

Mark se gira efusivo, brusco,lo eleva en el aire y mientras el hombre grita lo lanza contra el suelo,lo suficientemente fuerte como para qué quede inmóvil por unas horas,pero lo suficientemente suave para qué no deje de respirar para siempre.

Trago en seco y volteo a Sam,ahora son dos máquinas de matar guiadas por venganza, una venganza cruel y fría que se posa en el corazón y no se va jamás.

Cuando llegamos al portón de atrás , está misteriosamente abierto, todo es demasiado fácil,debe ser una trampa,una matanza en masa.

Cuando Mark lo empuja ni siquiera se escuchan murmuros,todo es difuso.

—¿Van a alguna parte o vienen a tomar el té?—pregunta una voz burlona en el pasillo,fuerte y segura con matices de ironía.

—Mal