—Está bien mi amor y gracias te amo más mi príncipe, así que debemos brindar y claro yo con jugo obviamente —Dije mientras expresaba una sonrisa
Los dos brindamos por esa gran noticia y la hermosa sorpresa de Maximiliano, así continuamos en el restaurante por unas horas más, luego sentí que alguien nos estaba observando, así que volteé y solo vi la espalda de esa persona que salía del lugar, me quede algo pensativa, pero a la vez ignoré un poco ya que quizá no era nadie, así que continúe conversando con Maximiliano hasta que luego al sentirme muy agotada nos fuimos a la casa
A llegar guarde la carta que nos entregó la doctora con el sexo de nuestro bebé en la cunita, luego llamé a Piero para saber cómo seguía su padre y este atiende
—Hola Leah ¿cómo estás?
—Hola Piero, bueno acá algo preocupada por la salud de tu padre y por todo lo que ha estado sucediendo y pues quería comentarte que ya estoy acá en España y quería saber ¿cómo sigue tu padre y si los podré visitar?
—Me imagino Lea