Amara caminaba por el pasillo de la oficina con el ceño fruncido, buscando el informe que Dimitrios le había solicitado, cuando escuchó una conversación que le heló la sangre. La puerta entreabierta de la oficina de Dimitrios dejaba escapar las voces. Andrea estaba allí, como siempre, su tono suave pero inquisitivo.
"¿Ese amor que sentías por Irina ya se desvaneció?" preguntó Andrea, con un toque de curiosidad que a Amara le pareció cargado de intención.
Amara detuvo sus pasos. Su corazón empezó a latir con fuerza. Quiso seguir caminando, ignorarlo, pero algo en su interior la detuvo. Se quedó allí, esperando la respuesta de Dimitrios, queriendo escuchar algo que la calmara.
El silencio duró unos segundos, pero a Amara le parecieron eternos. Finalmente, Dimitrios habló, su voz baja pero clara. "Aún la quiero."
El mundo de Amara se sacudió en ese instante. Su pecho se apretó como si una mano invisible la estuviera estrangulando. ¿Aún la quería? ¿Entonces qué había significado todo lo q