Nebraska sabía de muchas cosas. Era una loba inteligente que aprendía muy rápido. Conocía sobre las manadas, sobre anatomía de los lobos, había aprendido a como intentar ser una buena madre para sus cuatros hijos más grandes y su nueva cachorrita de dos años Priscila.
Pero había una cosa que no sabía…y era qué le regalaría a su esposo el día de su cumpleaños.
Y eso le estaba rompiendo la cabeza en mil pedazos. Porque quería darle a Hades algo muy pero muy especial. Él se lo merecía y no tenía idea que podía estar a la altura.
-na…Rei..na…Reina- la voz de Leoxi la sacó de su retardo.
Ella alzó la cabeza y pestañeó varias veces.
-¿Qué ocurre?- recuperó la compostura.
Leoxi se sentó frente a ella con el escritorio de por medio y le puso unos papeles delante.
-Eso mismo me pregunto yo- el lobo y ella estaban trabajando en ese momento en la organización de la guardia de la manada para aligerarle el trabajo a Hades- Ha estado algo en