Mundo ficciónIniciar sesiónSolté mis manos del cabezal y las llevé a mi rostro, cubriéndome incluso con una almohada para ahogar los gritos que pugnaban por salir.
Sentía el rostro caliente y mis palmas ardían luego de apretar tanto los barrotes de la cama. Sin embargo, observé a Magnus incorporarse y abrir mis piernas un poco más, viéndome desde su lugar y fijando la vista en mi chorreante coño.
Me recorrió con descaro, provocando una sacudida en mi vientre cuando lamió su dedo medio y lo llevó de nuevo a mi hendidura, recorriendo y esparciendo la humedad en una lenta caricia que me hizo gemir. Lo adentró despacio en mi sexo, sacándolo y metiéndolo un par de veces antes de retirarlo y esparcir la humedad.
No pude evitar mirar su falo. El glande de su miembro perlaba por el lí







