CAPÍTULO 19. La habitación 217
El reloj marca las siete de la tarde. Alejandro escucha pasos. La puerta se abre y sale el doctor con una carpeta en mano. Alejandro se pone de pie de inmediato, tenso pero controlado.
— ¿Cómo está?
—Le dimos calmantes para el dolor, así que es probable que se duerma pronto.
—¿La pierna?
—La fractura fue fuerte. Estuvo cerca de necesitar cirugía, pero por suerte no hizo falta.
Va a tener que estar inmovilizada por un buen tiempo… unas seis a ocho semanas, como mínimo.
—Quiero llevármela a casa —Alejandro frunce el ceño.
—Entiendo. Pero por esta noche, es mejor que se quede aquí. Queremos monitorearla por si hay alguna complicación. Le hicimos estudios de tomografía para descartar. No hay hematomas, ni sangrado. Todo está bien en ese aspecto.
—Gracias, Vittorio.
—Si todo sigue estable, mañana podrás llevártela sin problema.
—Bien —Alejandro, resignado, asiente levemente.
—De todos modos —agrega el doctor cerrando la carpeta—. No va a poder moverse sola. Va a necesitar asistencia pa